¿QUIEN TEME A VIRGINIA WOOLF? (1966) Mike Nichols
Tengo que herirte de alguna manera.
Las relaciones tóxicas son una amenaza contra nuestra salud y nuestro bienestar. Estas relaciones pueden surgir en muchos ámbitos: familia, trabajo, amistades, vecindad…
Pero cuando se producen en la pareja las consecuencias son especialmente importantes y nocivas.
No es lo mismo tener un problema con un vecino al que ves de vez en cuando, que con la persona con la que duermes.
Una relación de pareja tóxica es aquella que te debilita, que te produce insatisfacción y malestar.
¿Entonces, por qué seguimos con ellas? Puede haber muchas razones:
• Porque también son una fuente de cariño. A veces las expresiones de cariño son como pequeñas islas en un mar de zozobra e inestabilidad. Y en este escenario, unos tímidos rayos de sol, pueden ser extremadamente satisfactorios.
• Porque minan nuestra autoestima y nos sentimos culpables. Estas parejas suelen incidir en lo que no les gusta de nosotros (a veces es la familia, algunas amistades…). Se comunican con quejas y se presentan como víctimas para sentirse legitimados a la hora de criticarnos o criticar al mundo que les rodea.
• Porque nos da miedo el cambio. En un estado de baja autoestima el miedo al fracaso, a la soledad, se convierte en un lastre que nos impide ver con claridad.
• Porque compartimos hijos. Sobre todo si son pequeños. Sacrificarse por los hijos suele ser una coartada para justificar una vida de pareja insatisfactoria. Asumimos un papel de mártir por la familia; ¡Desengáñate!, nadie nos pondrá un monumento.
• Porque nos sentimos responsables. Quizás hubo un tiempo feliz en la pareja, unos primeros años de ilusión, y buscamos en vano un recuperar un paraíso perdido que, a veces, solo existió en nuestra mente.
• Porque estamos comprometidos. Una pareja es una gran apuesta en nuestra vida. Aceptar el fracaso no es sencillo. Aceptar la pérdida. ¡Cuánto más fácil es dejarse llevar esperando una solución milagrosa!
Al final siempre podemos encontrar una justificación para continuar aceptando una vida que no deseamos.
**********
El principal arma en las relaciones de pareja tóxicas es la manipulación emocional.
Esto se consigue con el insulto, el desprecio, el cinismo, la indiferencia, la queja, el pesimismo… y a veces, no siempre, la disculpa y las expresiones de cariño. De esta manera entramos en un laberinto de confusión.
Ojo, no es lo mismo una personalidad tóxica que estar pasando una mala temporada. Todos nos podemos quejar en algún momento o hacer una crítica inapropiada. ¡Quién no ha sido borde alguna vez! Pero en una relación tóxica se ha creado una forma habitual de relacionarse; sobre todo en situaciones de conflicto.
**********
Un ejemplo de victimización/culpabilización lo encontramos en la película Revolutionary Road (2008) de Sam Mendes, la pareja (Leonardo Di Caprio y Kate Winslet) tiene una crisis de rutina después de unos años de enamoramiento. Lo que en un principio era una relación llena de sueños e ideales, se convierte en una vida insatisfactoria, sin ilusiones. Ambos terminan culpándose mutuamente. (En este caso no se aprecia una pareja tóxica, sino una relación que se vuelve tóxica al no saber afrontar las necesidades de cada uno de los dos)
Ella le acusa de vivir una vida mediocre:
-Hace falta valor para llevar la vida que uno quiere.
-¡Yo te mantengo, me paso 10 horas al día en un trabajo de detesto!
**********
En la película ¿Quién teme a Virginia Wolf? (1966) de Mike Nichols, Elizabeth Taylor y Richard Burton interpretan a George y Martha, un matrimonio en una deriva autodestructiva. Se insultan, se maltratan mutuamente y se humillan, hasta el punto de que parece que se alimentan de la infelicidad del otro.
Las interpretaciones son magistrales. Esta escena de 3 minutos es un crudo ejemplo de la dinámica tóxica de la pareja en la película:
Tengo que herirte de alguna manera.
**********
La persona tóxica se presenta como víctima. Trabajar en un empleo que se desprecia, estar enfermo, vivir en una ciudad aburrida, tener un pasado infeliz, una mala familia o unos amigos desleales… Se busca una razón para ser víctima, y entonces te sientes justificado para criticar, atacar, menospreciar
No hay un perfil único para definir a estas parejas. Pueden ser personas autoritarias, inflexibles cuando interpretan todo lo que les rodea, o pueden ser personas depresivas, que a través sus lamentos y su visión negativa del mundo nos reclaman atención constante. Una atención que nunca es suficiente.
En todo caso, el personaje tóxico busca el control, de forma directa en el caso del autoritario, o indirecta en el caso del depresivo. También podemos encontrar a un autoritario con lances depresivos, y que utiliza ambos sistemas.
¿Qué características podemos encontrar en una relación tóxica?
Cada persona puede mostrar un cóctel diferente de rasgos. Suelen ser personas pesimistas, que resaltan lo negativo. Se quejan con mucha frecuencia y suelen estar de malhumor. Se presentan como víctimas ante muchas situaciones, suelen ser malpensados y egocéntricos.
También pueden tener una imagen social positiva; ser bien valorados en otros ambientes, o al menos pasar desapercibidos, mientras que en el entorno de la pareja muestran su cara más amarga.
Las relaciones de pareja tóxicas, al mantenerse en el tiempo, se convierten en relaciones disfuncionales. Esta situación puede conllevar una vida en crisis permanente, con periodos variables de tensión, o incluso evolucionar hacia el maltrato.
**********
Una serie de televisión muy interesante, producida por HBO, con un trasfondo extraordinario de relaciones de pareja tóxicas es Big Little Lies (2017) dirigida por Jean-Marc Vallée.
En concreto la pareja que forman Celeste y Perry (Nicole Kidman y Alexander Skarsgård) es un retrato feroz, crudo e inteligente de una relación de pareja tóxica.
**********
¿Qué podemos hacer ante una relación tóxica?
El primer paso es entender que nosotros no somos la imagen que recibimos de nuestra pareja.
Cuando alguien nos culpabiliza o nos trata de herir con sus palabras; por ejemplo: ¡Mira todo lo que hago por ti!, ¡no tienes ni idea!, ¡estás loca!, ¡me has decepcionado!, ¡todo lo que has conseguido me lo debes a mí!, ¡quién te va a querer!, ¡no vales para nada!, ¡eres vieja!, ¡eres un monstruo!… tenemos que entender que es su problema, no el nuestro.
Cuando su forma de autoafirmarse es a través del desprecio, del rencor, hay que neutralizar ese veneno (como diría Miguel Ruíz, en su libro Los cuatro acuerdos). No es a nosotros a quien van dirigidas esas palabras; son fruto de la ignorancia, de la incapacidad para resolver un conflicto de forma amorosa.
Contemplemos el problema: ¿es puntual o es habitual?, ¿hay conciencia del daño o hay justificación?, ¿nos sentimos valorados o despreciados?, ¿cómo nos afecta este comportamiento?
Una persona que actúa de manera tóxica de forma habitual no es un buena pareja. O asume que tiene un problema y hace el esfuerzo honesto de cambiar, o no puede ser nuestro compañero de viaje. No merece la pena vivir debilitado por las críticas, por el malhumor, por las quejas continuas… Son semillas que dan amargos frutos.
La persona tóxica busca nuestra debilidad. Es su forma de sentirse poderosa, importante. Nadie que nos quiera puede justificar ese comportamiento.
Nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
Una forma de ver el conflicto es pensar que lo que nos sucede le ocurre en realidad a un ser querido: ¿Cómo vemos ahora el problema? ¿Qué le aconsejaríamos?
Ahí empieza quizás nuestro camino: tratándonos a nosotros mismos como al mejor de nuestros seres queridos. Sin justificar al otro y sin menospreciarnos a nosotros mismos.
**********
Artículos relacionados:
VIVIR EN PAREJA ¿TE SIENTES LIBRE O ENCADENADO?
RUPTURA DE PAREJA. UN VIAJE QUE TERMINA. OTRO QUE COMIENZA.
**********
Películas relacionadas con LAS RELACIONES DE PAREJA TÓXICAS.
- La gata sobre el tejado de zinc (1958) Richard Brooks
–Yo no vivo contigo. Ocupamos la misma jaula. Eso es todo.
……….
–¿Pero como se te ha ocurrido ni siquiera en la posibilidad de tener un hijo de un hombre que no puede soportarte?
- Lunas de hiel (1992) Roman Polanski
–Tengo una mala noticia y una buena. Tienes parálisis permanente de cintura para abajo.
– ¡Qué bien!. Ahora, ¿cuál es la buena?
– La buena era esa. La mala, es que a partir de ahora, yo voy a cuidar de ti.
- Blue Valentine (2010) Derek Cianfrance
-¿Qué quieres? ¿Cuánto rechazo tengo que aguantar? Me merezco un poco de cariño.