JOHNNY GUITAR (1954) – Nicholas Ray
– ¿A cuántos hombres has olvidado?
– A tantos como mujeres recuerdas tú.
El primer paso para vencer a un enemigo es entenderlo. El sentimiento de los celos es un enemigo que actúa desde dentro.
Los celos nacen del miedo a que nuestra pareja nos pueda ser infiel. Y ese miedo se puede activar por situaciones cotidianas sin ninguna relación aparente; un cambio de peinado, una llamada de teléfono…
Cuando los celos interfieren de forma significativa en nuestra vida, la situación se convertirá en una gran dificultad para tener una relación de pareja satisfactoria.
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En la película Johnny Guitar se reencuentran un hombre y una mujer.
Él pregunta : “¿A cuántos hombres has olvidado?”
Y ella responde: “A tantos como mujeres recuerdas tú”
Y ahí nos quedamos, en el temor a que haya conocido, o que pueda conocer, a alguien mejor.
Luego Johnny dice algo más revelador:
“Miénteme, dime que me has esperado estos cinco años”
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No es necesario engañarnos. Siempre habrá alguien con más belleza física, con más inteligencia, con más dinero, o más joven que nosotros. Nuestro objetivo no es ser mejor que nadie, sino ser auténticos, con nuestros defectos y nuestras virtudes.
La emoción de los celos provoca un miedo que se refugia en la necesidad de control; ¿dónde has estado?, ¿con quién hablabas?
Pero el control no funciona, por que el control es un monstruo que se alimenta de más y más control. Finalmente, no podremos controlar los pensamientos, ni los sueños. Controlar es huir hacia delante buscando la seguridad total, y no encontraremos paz al final del camino. Como dijo Clint Eastwood: “Si quieres una garantía cómprate una tostadora”
Otra característica que suele ir unida a los celos es una autoestima vulnerable. Nuestra falta de seguridad interna nos empuja a buscar la tranquilidad en las conductas de los demás y en la necesidad de aprobación. Tampoco funciona, porque seríamos cada vez más controladores.
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Hay aspectos que nos confunden a la hora de interpretar los celos. En muchas ocasiones son señalados como un síntoma de estar enamorado, y la falta de celos se identifica con el desinterés. Las películas han explotado mucho este rasgo. Por ejemplo, en El fin del romance (1999), de Neil Jordan
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No hay nada deshonroso en los celos, Sr. Bendrix.
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Para mí son señal de verdadero amor.
Esta creencia nos puede llevar a provocar celos a nuestra pareja. ¡Cuidado!, sembrar la duda puede desatar respuestas inesperadas.
Los celos no tienen que ver con la conducta de nuestra pareja, sino con nuestra actitud, con nuestra inseguridad y con la dificultad para comunicarnos de forma honesta y abierta. Y si esta es la verdadera dificultad, es ahí donde deberíamos actuar.
Hablar con nuestra pareja, expresar nuestros temores, establecer normas claras… hablar, hablar, y hablar. Pero no con preguntas que buscan el control, sino con palabras que refuercen la confianza.
Para terminar os dejo unas palabras de Federico Moccia: “Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día”
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Otras películas para reflexionar sobre los celos, a veces con un ingrediente más complejo aún: la infidelidad. Pero eso es tema para otra ocasión:
- Gilda (1946) Charles Vidor: “Te odio de tal modo que buscaría mi perdición para destruirte conmigo”
- El fin del romance (1999): Neil Jordan:
- Tengo celos de esta media.
- ¿Por qué?
- Porque hace lo que yo no puedo, te besa toda la pierna.
- CEGADOS POR EL DESEO (CLOSER) (2004) Mike Nichols: «Siempre hay un momento en el que uno dice: «Puedo ceder o puedo resistir». No sé cuándo fue tu momento, pero seguro que lo tuviste»