Sobran las Palabras (2013) – Nicole Holofcener
“Es bastante difícil creer que alguna vez fui feliz con ese hombre… y mucho menos tener una hija”
La ruptura de pareja es un viaje que termina; una solitaria estación de paso en un día de lluvia. Se trata de una experiencia profundamente estresante.
Restaurar nuestro estado de ánimo y engancharse a un nuevo proyecto de vida es fundamental. La alternativa sería quedarnos anclados.
Estamos en un proceso de adaptación a una nueva realidad que necesita su tiempo. Por lo tanto, no se trata de buscar pareja con urgencia.
Nuestra vida, a veces, tiene historias con final amargo: no todo nos va a salir bien.
Más de la mitad de las parejas que se forman terminan en separación, y lo habitual es que esta circunstancia se viva con la sensación de haber invertido una parte de tu vida en un mal negocio. Un primer paso es estar dispuestos a “pasar página” de la forma más honesta y menos dolorosa.
Si hay algo que resulta importante en una ruptura de pareja es saber cerrar la historia. A veces es necesario pedir disculpas, otras veces es necesario perdonar para librarse del rencor, y siempre es necesario aceptar la pérdida; aceptar ese amargo final.
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Es habitual que la memoria arrincone o menosprecie los buenos recuerdos. Y sin embargo, hará un buen listado de cada ofensa, de cada decepción.
En la película “Sobran las palabras” (2013) de Nicole Holofcener , Julia Louis-Dreyfus interpreta a Eva, que le dice a su amiga Marianne:
“Estamos divorciados… No nos hablamos… Es bastante difícil creer que alguna vez fui feliz con ese hombre… y mucho menos tener una hija”.
Luego, más adelante, Eva se encuentra con su ex-marido:
-¿Cuando la gente te pregunta por qué nos divorciamos qué dices?
-¿Por qué?
-¿Les dices que fue porque yo era un monstruo «tocapelotas«?
(Él asiente con media sonrisa)
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Las rupturas necesitan justificaciones, y cualquier desencuentro del pasado, repetido en nuestra cabeza, se convierte en un suceso relevante. Un pensamiento nos hace revivir una y otra vez un dolor lejano que ya debería estar superado. Y quizás otras historias que fueron importantes se quedan en el cajón del olvido.
En la película «Ayer no termina nunca» (2013) de Isabel Coixet, se asiste al reencuentro de una pareja.
Javier Cámara dice en un momento de la película:
“Hay cosas estúpidas que se te quedan para siempre, en cambio hay cosas esenciales que se te olvidan”
Otra vez la memoria seleccionando y eliminando recuerdos a voluntad.
Cuando estamos decepcionados, o nos sentimos ofendidos, es muy difícil pensar con claridad. Algo dentro de nosotros quiere sufrir y quiere hacer sufrir. Pero no es una buena solución. El rencor produce un desgaste emocional muy alto.
Nadie nos puede pedir que sonriamos después de una ruptura de pareja, ni que olvidemos de repente. Pero tener una actitud de víctima (aunque lo seamos) sólo alargará nuestra amargura.
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¿Qué podemos hacer entonces ante una ruptura de pareja?
En primer lugar hay que evitar que esta situación se convierta en una crisis personal.
Una pérdida, del tipo que sea, suele pasar por varias fases:
Negación – Culpabilidad – Ira – Aceptación
No siempre se cumple este guión. Hay quien no puede librarse de la culpabilidad y hay quien entra directamente en la ira. En todo caso, el camino nos lleva a la aceptación. Podemos hacer que ese camino sea largo y tortuoso, o podemos alcanzarlo con serenidad en un breve espacio de tiempo.
Como ejemplo de aceptación, en la película «Alma salvaje» (2014) de Jean-Marc Vallée , una pareja se abraza el día de su divorcio, y el hombre dice:
“Han sido siete años disparatados y maravillosos”
Dejemos el lastre del pasado, las cosas estúpidas que nos anclan a la culpabilidad o a la ira. Recuperemos las cosas esenciales que hemos olvidado: nuestros valores, nuestras ilusiones, nuestras esperanzas.
Suele ser un buen comienzo hacer un viaje para alejarnos por un tiempo. Los lugares que compartimos con nuestra pareja pasada, quedan cargados emocionalmente. Los psicólogos llamamos a este fenómeno “discriminación del entorno”. De esta manera, una ciudad queda marcada por muchos lugares: una cafetería, un banco del parque testigo de un primer beso, una tienda donde se compró un regalo… Empezar con un viaje nos ayudará a desintoxicarnos, a reconducir nuestra vida.
Otros ejemplos para desactivar la “discriminación del entorno”: si no podemos cambiar de casa, podemos cambiar la decoración, la pintura de las paredes. Hacer un cambio de estilo; nuevo peinado, ropa. Desarrollar una actividad de ocio diferente.
No siempre se gana, pero cuando se pierde, a veces, se pierde demasiado.
Las palabras de Buda hace 2.500 años siguen siendo actuales:
“Ni tus mayores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”
Hagamos un repaso por los restos del naufragio, recojamos aquello que todavía nos sirva para nuestro camino y dejemos que el mar se encargue del resto.
Un nuevo viaje comienza.
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Para terminar te propongo algunas películas relacionadas con la ruptura de pareja:
Tal como éramos (1973) Sydney Pollack
- Kate, esperas demasiado de mí.
- Hammer, a cambio doy todo lo que tengo.
Olvídate de mí (2004) Michel Gondry
- Qué desperdicio haberte pasado tanto tiempo con una persona para descubrir que es una extraña.
Cashback (2006) Sean Ellis
- Cuando la puerta se cerró me sentí como la última persona en la tierra.