TÍMIDOS ANÓNIMOS (2010) Jean-Pierre Améris
“No tengo nada contra las mujeres, solo me aterran. Eso es todo”
La timidez es una sensación de incertidumbre personal que se experimenta en las relaciones sociales. La persona tímida suele experimentar inseguridad, vergüenza, miedo a equivocarse o a hacer el ridículo frente a los demás.
Una persona tímida sobrevalora la opinión de los demás, y por lo tanto entra en un estado de ansiedad cuando se ve involucrado en ámbitos sociales. Su primera opción es la evitación.
La timidez nos impulsa a vivir en alerta; pendientes de aquello que podemos hacer mal. Incluso, aunque seamos exquisitos en nuestra conducta, nos quedaremos con aquello que no nos sale bien y lo repetiremos en nuestra mente dándole, de esta manera, una importancia exagerada.
Un jugador de golf me contó el siguiente comentario que le dijo su entrenador:
“Mira, tú das diez golpes buenos y uno malo, y te vas con el malo para casa”
La timidez nos puede crear situaciones absurdas. Por ejemplo:
- Vagar durante horas por las calles por temor a preguntar por una dirección.
- Comernos un plato que no hemos pedido porque nos da vergüenza dirigirnos al camarero.
- Quedarnos con una prenda que al probarla en casa no nos queda bien, o tiene un fallo de costura; “Bueno son 10€, tampoco se pierde tanto”.
- No entablar una conversación con una persona que nos gusta por miedo a no controlar los nervios, quedarnos sin palabras o decir alguna tontería.
En general, el tímido se observa demasiado a sí mismo y por eso no actúa con naturalidad. El resultado:
El miedo a no ser natural, nos impide actuar con naturalidad.
**********
Si pedir ayuda para orientarnos cuando estamos en una calle desconocida resulta una tarea difícil, las relaciones amorosas ya se convierten en una auténtica odisea.
En la película Tímidos Anónimos, Jean-René, uno de los protagonistas, dice lo siguiente:
“No tengo nada contra las mujeres, solo me aterran. Eso es todo”
<
**********
¿Qué soluciones nos aporta la psicología?
En la película mencionada, Jean-René es animado por el terapeuta a superar pequeños retos: Invitar a alguien a cenar, tocar a alguien… De esta manera, a través de proponerse pequeñas metas alcanzables, podemos ir enseñando a nuestro “vigilante interno” que no pasa nada malo, incluso cuando nos equivocamos.
Te propongo algunos ejercicios para afrontar la timidez. Es aconsejable empezar con una dificultad creciente, de fácil a difícil :
- Pedir opinión a un dependiente en una tienda (ropa, electrónica…). Están deseando atenderte. No hay nada más aburrido que ser dependiente y estar desocupado. Recuerda que no estás obligado a comprar, y les encanta que la gente se pase por sus estanterías. No hay nada más triste que una tienda vacía.
- Pedir la dirección de una calle a un desconocido. A casi todo el mundo le gusta ayudar y sentirse importante. ¿A ti no? Pues eso, pide ayuda; «¿conoce alguna cafetería por aquí cerca?»
- Devolver un objeto previamente comprado. Ya sé que esto da mucho corte, pero forma parte del negocio y no pasa nada. No te van a preguntar por qué lo devuelves, y si lo hacen hay muchas respuestas válidas según el producto que sea. Una prenda: “No me queda bien, gracias”.
- Por último: Hacer un cumplido. “Bueno hasta mañana; Oye, ese vestido te queda genial”. A todos nos gustan las palabras amables. ¿A ti no?. Pues eso.
**********
Podemos también enfocar el problema de una forma más global. La idea es la siguiente:
No hay ninguna dificultad que resolver. A nadie le importa tu vida. En el peor de los casos, aunque hagamos el ridículo, hay miles de cosas importantes que suceden en el mundo para que un error nuestro tenga una mínima transcendencia.
A nadie le importa si bailas mal, si tu pelo hoy está ingobernable o si tienes una mancha en el pantalón.
Pongamos un ejemplo: Supongamos que tienes una bata ridícula de Mickie Mouse; es fea pero es cómoda para estar en casa. De pronto te acuerdas de que no tienes pan, bajas a la tienda que está bajo tu casa y cuando estás en la puerta de la panadería te das cuenta que tienes la bata puesta. El dependiente te mira con media sonrisa. ¿Es un bochorno? En absoluto, tú puedes sonreír igualmente y aclarar: “Ya ves tenemos una fiesta friki y no tenemos pan”.
Todo está en nuestra cabeza. El mundo solo es una idea que nosotros tenemos en la mente. Si cambiamos nuestra forma de pensar, cambiaremos el mundo que nos rodea; así es como funciona.
En la misma película mencionada, Angélique, la otra protagonista, dice esta frase:
“Lo siento pero somos demasiado tímidos. Vamos directos al fracaso”
Si pensamos de esta manera, nuestra mente trabajará para que se cumpla esta idea y demostrarnos que tenemos razón. Por esto es importante cambiar de actitud y cambiar nuestros pensamientos.
La alternativa para Angélique sería:
«Somos demasiado tímidos, ¿no te parece que conocernos puede ser un reto fantástico?»
Para terminar. ¿Qué cambio de pensamiento necesitamos para combatir la timidez?. Quédate con esta frase:
«Al mundo le importa un carajo lo que hagas con tu vida» - compártelo
__
Repite este mantra cada día, ríete de ti mism@ y lánzate a hacer el ridículo con todas tus ganas.
**********
Otras películas relacionadas con la timidez:
Amélie (2001) Jean-Pierre Jeunet
“Cualquier otra chica habría llamado enseguida, habría citado al chico en una terraza para devolverle el álbum y así sabría si valía la pena seguir soñando o no. Eso se llama enfrentarse a la realidad. Pero eso… no es lo que Amélie quiere.”
“Un buen apuntador listo tras los tragaluces, es lo que haría falta para que un tímido tenga la última palabra.”
Adaptation. El Ladrón de Orquídeas (2002) Spike Jonze
“Soy una gallina, soy un idiota. Debería haberla besado. Metí la pata. Debería ir, tocar y besarla. Sería romántico. Algo que le podríamos contar a nuestros hijos. Lo voy a hacer ahora mismo.”
Lars y una chica de verdad (2007) Craig Gillespie
- ¿Adónde conociste a esta persona?
- En Internet.
- Sí, ahora todos lo hacen.